LA POESÍA

¿Es arte del demonio o brujería
esto de escribir versos? -le decía,
no sé si a Calderón o a Garcilazo
un mozo más sin jugo que el bagazo.
Enséñame, maestro, a hacer siquiera
una oda chapucera.
-Es preciso no estar en sus cabales
para que un hombre aspire a ser poeta,
pero, en fin, es sencilla la receta.
Forme usted líneas de medidas iguales,
y luego coloca juntas
poniendo consonantes en la punta.
-¿Y en el medio? -¿En el medio? ¡Ese es el cuento!
Hay que poner talento.

RICARDO PALMA.

OTRA TONTA HISTORIA DE LA POESIA.

Y se hizo, Palabra, por palabra, Una por una.Hasta que sus versos, Destinados, a lo que fuese, Se hicieron poesía.
Fue un día bajo el sol, de color rojo inclemente, donde nació la primera poesía
Una palabra solitaria, que manipulada por el viento que merodeaba por aquel lugar, andaba volátil por la atmosfera, fue ese viento quien la condujo a lecho de otra palabra solitaria, aquella palabra tímida se llamaba imaginación, y su nueva amante fiel la siguió,
Un día las dos palabras perdidamente enamoradas se besaron y fue así como nacieron los primer os versos de amor…
“No hay nadie en este mundo que me
Haga sentir lo que mas haces sentir tú.
No hay nadie en este mundo que me
Ame como tu. Que me cuide y me
Enseñe lo hermoso de esta vida.
No hay nadie como tu.”
El amor es inevitable entre las palabras. Ellas enamoradas y bajo la luz de la luna se besaban apasionadamente, el calor y el romance no se hizo esperar, de una de ellas surgió el primer: “TE AMO”
“Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."
El viento de la noche gira en el cielo y canta.”
Por aquel lugar merodeaba una palabra, que inspiraba y despertaba todo tipo de sentimientos, y con una simple mirada logro conquistar aúna de las palabrillas falsamente enamorada, huyeron bajo el manto oscuro de la noche.

Por tus ojos entró como un galope
de azahares el olor oscuro
de la robada majestad nocturna,
cayó en tu sangre una aurora arrogante
hasta poblarte el alma, poseído!
Novio mortal, la traición cumplía.
No en balde por la historia
entraba el crimen pisoteando, el halcón devoraba
su nido, y se reunían las serpientes
atacándose con lenguas de oro.
Entraste en el crepúsculo frenético
y los perdidos pasos que llevabas,
aún empapado por las profundidades,
vestido de fulgor y desposado.